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Como una ráfaga que reaviva las brasas

Las etapas del Gen Verde en Alemania, Suiza e Italia

En este comienzo de otoño hemos celebrado una serie de conciertos en los que ha habido mucha participación.

La primera etapa fue Dortmund (Alemania), donde fuimos invitadas con ocasión de los 70 años de trabajo social por la paz y la justicia por parte de Komende; implicamos a más de 150 jóvenes en el Proyecto Start Now que terminó con la aportación artística en la ceremonia conclusiva de esta fiesta en presencia de varias personalidades, entre las cuales el alcalde Manfred Sauer, el comisario europeo Günther Oettinger y el profesor Peter Klasvogt.

Fue precisamente en Dortmund, ¿os acordáis? donde ocurrió aquel impresionante gesto de cuatro jóvenes que nos dieron 25 euros invitándonos a usarlos para llevar nuestro trabajo a los chicos que tienen más necesidad; fue así como nació nuestro proyecto de crowdfunding para el viaje a Centroamérica a principios de este año. Por eso, regresar allí era especial para nosotras.

Fue un trabajo desafiante, fascinante y atrayente que nos hizo constatar una vez más que hay esperanza para el mundo y que cada uno de nosotros puede hacer su parte.

En palabras de quienes participaron, el proyecto Start Nowha traído consigo confianza hacia los demás, experiencia positiva en el trabajo en grupo, incluso con personas de otras culturas, alegría al ver el propio esfuerzo reconocido por el público que aplaudía…

Siguieron una serie de conciertos acústicos en las distintas “Fazenda da Esperança” de Hellefeld (en Sundern), Boppard, Watwill (Suiza). Cada una con su característica y belleza particular pero en todas existe una experiencia de compartir vida y dones y una grandísima gratitud a cada persona que encuentran por sus esperanzas, confianza y alegría por haber podido “marcar la diferencia” en este mundo que sufre tanto.

Últimas etapas de Gen Verde Acoustic en Italia, en Busca (Cuneo) que incluyó un workshop-relámpago con jóvenes fantásticos cerca del pueblo de nuestra violinista Annalisa, y Saronno (Valle Aosta); un paso rápido pero muy intenso.

¿Notas en común? Una gran participación por parte del público, expresada unas veces con silencios y escuchas intensísimos, otras con una verdadera explosión de alegríapero siempre con una sorprendente vibración o con aplausos interminables que mostraban acuerdo con el mensaje escuchado pero tambien cantado y bailado por todos. Fue difícil tener que decir: «ésta es la última canción…»

Según los presentes, los conciertos han traído consigo una avalancha de emociones capaces de llegar al alma; y se han cultivado belleza, intensidad, alegría y esperanza, claridad, ternura, testimonio de fraternidad y paz. Hay quien apreciaba «el lenguaje musical para todos, pero claro y contracorriente«, y quien tuvo la impresión de que el concierto fuese como una ráfaga que reaviva las brasas presentes en el corazón de la gente«.

A nosotras nos queda en el corazón un gracias inmenso hacia todos.

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